OBEDIENCIA NATURAL
Solas, mis manos te exploran, te rodean;
Solos, mis labios declaman, balbucean,
Confiesan amor con una palabra efímera;
Pero ¿por qué mis manos y mis labios son desobedientes?
¿Quién les enseñó a ser independientes
De lo que todos llaman razón?
Era evidente… es la naturaleza madre primera:
Mi cuerpo, un siervo de la pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario